domingo, 18 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Completamente desnuda, bella, joven, muy fuerte, con los músculos marcados, su negra y larga cabellera cae sobre sus hombros y espalda; ella cual hermosa guerrera va montada a horcajadas, a pelo, sin silla de montar, ni brida, ni manta, “piel con piel” sobre una gigantesca danta. Esta mujer, esta Diosa, con sus grandes y bellos senos al aire, alza su ofrenda con sus brazos al cielo en comunión con Dios, sin duda una imagen fuerte, poderosa, que nos deja a muchos de nosotros con la boca abierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario